domingo, diciembre 02, 2007

estás turureta?

estás turureta?
beu....
VASOLECHECONGALLETAS!!!!!





(no puedo parar de escribir tonterías)
Bueno, luego está lo de cruzar el Panal de Canamá...
jeje

lunes, octubre 15, 2007

ser modernito

Según Blas, para ser modernito, lo primero que hay que hacer es colgarse en la habitación, para ir aprendiendo, unas potos de Fete Doherty... eh, y lo dijo tal cual, el tío, y tan ancho.

De todas formas, todavía no ha superado aquel puchito de chepé que yo me tomé un día...

Bonico... ¡del to!

Hola, soy el bonico...
el bonico del to

Arriba Muchachada!!!

miércoles, mayo 16, 2007

¡¡¡PEPITA PULGARCITA!!!


¿Os acordais? ¿Cómo podía ser taaaan mona?

Sucesos

Buah, hacia mil que no escribía... pero es que para acceder a esto había que abrirse una cuenta o no se que y da un montón de pereza...

Pues nada, la última vez que escribí iba a empezar las prácticas en Canal9. Ahora, sin embargo, estoy ya en la recta final. Una experiencia muy chula, la verdad, aunque he visto cosas muy chungas. Es lo que tiene ser redactora de sucesos.
Por ejemplo, el otro día hice un video sobre un hombre de málaga que tuvo un accidente. Salió a coger caracoles y una moto le atropelló. Cuando llegó la ambulancia el hombre dio todos sus datos y, además, tenía la cartera encima. Se lo llevaron al hospital, pero nadie avisó a su familia porque dieron por supuesto que era un vagabundo. Murió a los dos días, solo. Su familia, un més después, recibió la llamada de un amigo que trabajaba en los juzgados. Les decía que Antonio (así se llamaba el hombre) llevaba un mes en el depósito de cadáveres y en dos días le iban a enterrar en una fosa común.

Pues historias así todos los días...

miércoles, febrero 14, 2007

Dos noticias importantes:

- Voy a trabajar en Canal 9 (quien dice trabajar dice hacer prácticas por 100 euros guarrísimos)
- He encontrado un sitio donde hacen pizza con patatas

domingo, febrero 04, 2007

La cerillera

Era la noche de San Silvestre, la última noche del año. Todo el mundo en la ciudad se apresuraba para llegar pronto a sus casas y refugiarse del frío y la nieve. Iban muy abrigados, y algunos llevaban regalos de Navidad. Tras los cristales ardía la leña en las chimeneas y había agradables aromas de los manjares preparados para la cena de aquella noche.
En medio del ir y venir, un pequeña chiquilla vendía fósforos para ganar algo con que comprar siquiera un pedazo de pan. - Compren fósforos, lo mejor para encender fuego. ¡Compre cerillas, señor! Pero la gente apenas escuchaba su débil voz y desde luego, por nada del mundo sacarían las manos de sus tibios bolsillos con el frío que hacía.
Poco a poco, la noche se fue acercando y la calle se quedó desierta. - ¡Fósforos, fósforos! ¡Cerillas para la lumbre! – Pero la pobre cerillera pronto comprendió que no vendería nada más aquel día. Terminó pronto de contar las escasísimas ganancias. No podía volver así a su casa: sin llevar consigo algo de alimento para su familia.
Pensó que quizá sus padres se enfadaran con ella por no haber sido capaz de vender más, eran tan pobres y tantas bocas que alimentar, que la más mínima cantidad marcaba una gran diferencia. ¡Si por lo menos no hiciera tanto frío! Tenía los deditos entumecidos, la nariz helada y le dolía mucho la garganta. Si se atreviera a encender una cerilla, sentiría un poco de calor...
Al fin y al cabo, en su casa haría el mismo frío que en la calle, pues durante todo el invierno el agua de lluvia se había abierto camino entre las rendijas del tejado, formando goteras y el viento soplaba a través de lo cartones que formaban las paredes de su humilde casita. Se refugió en la esquina que formaban dos casas muy elegantes y con mucho cuidado para no destaparse, encendió un fósforo.
Y la luz del fósforo al arder le mostró una acogedora estancia donde ardía el cálido fuego de la chimenea al lado de una mesa con humeante comida. Las llamas se reflejaban en las paredes creando figuras danzarinas y la pobre cerillera incluso podía sentir el calor de una manta sobre sus rodillas. Al apagarse, la niña volvió a la oscura y fría realidad.
- Si pudiera ser todo el rato así...- Se lamentó la chiquilla – Encender otro fósforo no marcará ninguna diferencia, y sin embargo es tan agradable su luz... Y procedió a prender la llama que esta vez le mostró un salón bellamente adornado, con un árbol de navidad adornado con infinidad de pequeñas velitas centelleantes. Bajo él, los regalos esperando a ser abiertos por niños ilusionados.
Al apagarse el segundo fósforo, la pequeña volvió a sentirse sola, en la noche acariciada por los copos de nieve que caían sin cesar, casi a oscuras, sentada en la calle y aterida de frío. - Encenderé otra cerilla – decidió la niña, pues las ilusiones que le brindaba la luz conseguían apartarla, siquiera por un momento, de la insensible realidad.
Y así lo hizo, sostuvo la madera encendida delante de sus ojos y esta vez se vio a sí misma sentada a la agradable mesa al lado de la chimenea, tomando una sopa caliente que reconfortó su enfermo cuerpo. Y también era ella la que se acercó al majestuoso árbol de navidad para abrir los regalos que en su corta vida nunca había recibido.
Tan agradable y tan nueva era la sensación para la chiquilla, tan gratificante sentir el calor del hogar, que esta vez, cuando se consumió la cerilla, sólo quedó junto a la esquina de las elegantes casas el pequeño cuerpecito de la vendedora de fósforos, pues su alma se negó a regresar a esa realidad que la había ignorado hasta el momento."

jueves, enero 25, 2007

superado, primer exámen, y me ha salido bastante bien...
uff, había perdido la costumbre de estudiar y tal, aunque volver a los exámenes escritos ha sido bastante reconfortante (al menos si no sabes algo no tienes que quedarte mirando al profesor con cara de coliflor y decir por lo bajinis "no lo se...")
pues eso

lunes, enero 15, 2007


¡¡¡FELIZ NO CUMPLEAÑOS!!!

lunes, enero 01, 2007

Las cosas buenas del 2006

la vuelta a casa por navidad, la cena en Sanchos con Pez, la segunda etapa bolognesa, el Millenium, los Giardini Margherita, Bo, el Villa Serena y las piadinas de Pau, los viajes por europa, las visitas de mis amigos, sobretodo la de Sol y Anna, los viajes por Italia, comerme un panou de mi tía Santi en el pueblo de Piero, engordar con felicidad, y con Nutella, hacer nuevos amigos, volver con los antiguos, pasar mi último verano en Daimuz, y disfrutarlo como si fuera el primero, empezar el último año de universidad, o al menos empezarlo con la esperanza de que sea el último, mis niños del Ràfol, el portugués de nuevo en casa...
y por supuesto... Blas