domingo, mayo 04, 2008

Inés

Cuando llegaba la hora de irse a la cama, Inés se echaba a temblar. Por eso intentaba retrasar ese momento todo lo que podía.
En cuanto apagaba la luz, llegaban los fantasmas. Cuando se hacía la oscuridad, hasta las cosas más banales se convertían en asuntos de lo más angustiosos.
Con el paso del tiempo había desarrollado ciertas técnicas y habilidades que la ayudaban a dormir sin tener que pasar por ese mundo de miedos y pesares. Con algunos de esos trucos había llegado a tener tal control sobre su cuerpo que incluso se asustaba. A veces, en el momento exacto, era prácticamente capaz de darse cuenta de que se había quedado dormida.
Pero entonces llegaban las pesadillas, porque aquel duermevela no era el sueño real. Y se volvía a despertar y entonces era peor, porque estaba completamente sugestionada por lo que fuese que acababa de soñar.
Por la mañana, Inés estaba muy cansada y con frecuencia tenía ganas de llorar.



Anoche, como Inés, yo no podía dormir, así que escribí esto.

2 comentarios:

Swan dijo...

Eso de "ciertas técnicas y habilidades que la ayudaban a dormir..." tiene mucha enjundia. Explicar las técnicas de cada uno es un billete para el pasaje del terror del lado más ¿personal? ¿friki? de la mente de cada uno. ¿Habrá segunda parte del post?


si soy capaz de escribir el palabro clave que veo ahí abajo los del blogger deberían pagarme una "Pizza de Cristianos"

blanca dijo...

la verdad es que las técnicas para dormir forman parte de mi lado más oscuro. en un próximo encuentro igual te las cuento, que en el internel me da un poco de vergüenza...